19/5/24

En las entrañas de Mango: una historia de moda y audacia

Han pasado 40 años desde que abrió en Barcelona la primera tienda de Mango. Hoy la marca produce 150 millones de prendas y complementos al año que comercializa en 115 países. Un tercio de sus ventas ya se realizan por internet. Todo comenzó con el espíritu emprendedor de Isak Andic, un adolescente que llegó a España desde Turquía y nunca tuvo miedo. Un viaje desde sus talleres de diseño y el gran centro logístico hasta la Quinta Avenida de Nueva York.


El número 711 de la Quinta Avenida corresponde al edificio Grande Dame, de 1927, que fue sede de Coca-Cola. En 2019, un magnate turco pagó por él 1.000 millones de euros. Estamos en uno de los distritos comerciales más caros del planeta. El metro cuadrado de alquiler supera los 5.000 euros. En tres plantas del 711 se alza desde hace dos años el buque insignia de Mango en Estados Unidos, su tienda más icónica y tarjeta de presentación mundial: 2.100 metros cuadrados donde trabajan 85 personas.


Mango es una compañía española que facturó en el pasado ejercicio 3.100 millones de euros, tiene una plantilla de más de 15.000 personas y está presente en 115 países a través de 2.700 puntos de venta. España supone el 23% de su negocio. El concepto de la firma es global desde su nacimiento en 1984. Idea, diseña, desarrolla, gestiona logísticamente, distribuye y comercializa productos de moda a precios asequibles bajo una única marca (unos 150 millones de prendas y complementos cada año). Y los fabrica a través de 450 socios industriales, la mitad entre China y Turquía, a los que exige un estricto código de conducta, social con sus empleados, sostenible en sus procesos, y de control de calidad.



Un tercio de su facturación ya se debe al comercio electrónico. Pero Mango cuenta con cerca de 1.000 tiendas en gestión propia, y el resto, hasta 2.700, asociadas a través de distintas fórmulas de franquicia, que disponen de escasa autonomía frente a las precisas directrices de gestión, imagen y calendario que les dicta la compañía: desde la formación de sus dependientes, el escaparatismo y presentación de las prendas hasta la música ambiental. En cualquier lugar del mundo todas tienen que ser como la gran tienda piloto de la firma en su sede catalana.

Las tiendas son una gran fuente de información. A través de esos datos, se trata de saber las necesidades de una clientela mayoritariamente femenina (un 80%), joven, urbana y de clase media. Y darle respuesta de forma personalizada y rápida.

La biografía de Andic es la propia de los grandes emprendedores. Él y su familia, sus padres, Sol y Manuel, y su hermano Nahman, fueron inmigrantes. Llegaron con lo puesto de Estambul a Barcelona en 1968. Isak tenía 14 años.

Andic no fue un gran estudiante de bachiller y apenas pasó de matricularse en Económicas. Desde el verano de sus 17 años había comenzado a vender en Barcelona camisas bordadas que adquiría en el Gran Bazar de Estambul. “Yo no sabía lo que quería ser. Básicamente, ganarme la vida”. Su primer beneficio fueron 950 pesetas (seis euros). Reinvirtió, extendió el negocio y a los 18 se compró un utilitario Seat 850, en cuyo maletero empezó a mover la mercancía por España: “No sé si por orgullo o por honor, pero hasta que no lo vaciaba, no volvía a casa”. Reunió un millón de pesetas (6.000 euros). Viajó a Londres para importar productos que no había en España, zuecos holandeses, abrigos afganos, blusas hindúes, destinados a una clientela de hippies que se los quitaba de las manos en un puesto que tenía en el mercadillo barcelonés de Balmes. De importar y comprar, pasó a fabricar en Sabadell. Se hizo con un almacén. Puso en marcha sucesivas tiendas en Barcelona e, incluso, creó una marca de vaqueros con su nombre. Máxima ambición.

En 1984 tomó la gran decisión de su vida, “por suerte o por intuición”: montar una tienda en el paseo de Gràcia bajo el nombre de Mango, que solo vendiera productos con su marca y diseñados y fabricados por ellos mismos. Un modelo que extendió.

El siguiente hito fue 1992, cuando abrimos en Portugal y luego en Francia, y comenzamos a fabricar en China. Nos hicimos fuertes en el Mediterráneo y luego en Europa Central, Oriente Próximo y Extremo Oriente. Mi secreto ha sido pensar globalmente y actuar localmente. En 1994 abrimos en Taiwán y Singapur. En 1995 creamos la primera página web del sector y en 2000 fuimos pioneros en el comercio electrónico.

La prueba de fuego es la sostenibilidad de cada producto en relación con sus clientes y con el planeta. En una industria en la que, según un informe del Parlamento Europeo de marzo de 2024, “para elaborar una sola camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros de agua dulce, y es responsable del 20% de la contaminación de agua potable del planeta y del 10% de las emisiones mundiales de carbono”, la apuesta por la sostenibilidad debe ser firme. Su producción debe provocar el menor impacto ambiental. Además, el algodón debe ser de origen orgánico y principalmente reciclado, como también debe ser reciclado el poliéster. 

“Los europeos consumen de media casi 26 kilos de ropa nueva y se desprenden de unos 11 kilos de textiles cada año. La gran mayoría (87%) es incinerada o depositada en vertederos”.

Fonte: ElPaís

Olivier Bernhard: el nuevo profeta de las zapatillas deportivas


Este exatleta suizo es uno de los cofundadores de On, la firma que quiere plantar cara a Nike o Adidas con su apuesta por la innovación, la sostenibilidad y sus relaciones laborales participativas


Hacia 2008 Olivier Bernhard (San Galo, Suiza, 55 años) pisó una manguera y gritó ¡eureka! Era entonces un triatleta y duatleta de largas distancias, un Ironman de gran nivel y mayor curiosidad aún, que daba vueltas en la cabeza a la idea de unas zapatillas para correr que fueran cómodas, con una suela que amortiguara bien las pisadas, y que al mismo tiempo las impulsara, que permitieran que el suelo devolviera la energía que se depositaba en él en cada paso.

Junto a dos amigos patentó las suelas con los trocitos de manguera que hacían creer que se pisaba en las nubes y nació On, una marca que apenas 15 años después, en el año 2023, tuvo unas ventas globales por valor de 1.792 millones de dólares (1.659 millones de euros al tipo de cambio actual), cotiza en Bolsa —con una capitalización de 11.500 millones—, y en agosto calzará en los Juegos Olímpicos de París a algunos de los mejores atletas. El negocio va viento en popa y esta misma semana han mejorado el objetivo de ingresos para el conjunto del año: 2.250 millones de dólares.



En un edificio de 17 plantas de Zúrich trabajan, en sus laboratorios y oficinas centrales, unos 1.000 de los más de 2.000 empleados de la firma.

Las cifras de On están lejos de las de los gigantes del sector, los 51.000 millones de dólares de ingresos de Nike en 2023, los 23.000 millones de Adidas o los 9.300 millones de Puma, los paladines de la revolución tecnológica de las zapatillas que han transformado el atletismo mundial y generado una catarata de récords. En On, que puede competir tecnológicamente con ellas, ni las miran. Están en otra liga, o eso explica Bernhard, quien, como los otros dos cofundadores, ocupa un puesto en el consejo ejecutivo de la compañía. “Tenemos un objetivo claro. Queremos ser la mejor marca de ropa deportiva premium, la primera que se basa en la innovación y el rendimiento. Esto incluye la calidad para competir en el atletismo y también la sostenibilidad.


On no invierte en costosas campañas publicitarias. Sus zapatillas se venden en lugares tirando a exclusivos, donde tienen prohibido colocarles el cartel de las rebajas. Su precio supera los 150 euros por par y las que fabrican en colaboración con Loewe, zapatillas de lujo para runners y paseantes, alcanzan los 600 euros.

En un futuro próximo pretenden producir en España, Portugal o Turquía. La producción actual, como todos, la realizan en China y Vietnam.

Fonte: ElPaís

Web de On


El gran negocio de las zapatillas de edición limitada

 


Newcop vende calzado en sus tres tiendas y a través de internet. Ha comercializado más de 9.000 pares


David Camprubí, de 23 años, gestiona una empresa con 15 empleados que facturó 2,5 millones de euros con un beneficio del 10% en 2022. Unas cifras casi de vértigo para este joven que a los 15 años vio la oportunidad de “hacer dinero” con la reventa de zapatillas de las grandes marcas. “Esperaba colas inmensas y pasaba muchas noches frente a una tienda para comprarlas el primero. Al principio iba solo, luego me llevé a algunos amigos con los que compartía los beneficios”, asegura Camprubí.

Una situación en la que estuvo casi dos años hasta que dio con la tecla: conseguir el contacto directo con tiendas para hacerse con los mejores productos. En esto radica la clave del negocio, cuenta el fundador de Newcop, en tener tu cartera de proveedores. “No es fácil conseguir zapatillas de edición limitada, aunque tengas dinero no puedes comprar a las marcas. Lo que sirven son los contactos”. De hecho, apenas necesitó inversión inicial porque tuvo la suerte de contar con la confianza de los proveedores que le pasaban las zapatillas que él abonaba cuando las vendía. “Así conseguí tener stock sin adelantar dinero”, subraya.


Salto a Europa

Junto con un amigo, que empezó siendo su competencia, en abril de 2022 abrió su primera tienda en Barcelona y un mes después montó la distribución online. En agosto inauguró el segundo establecimiento en la Ciudad Condal y en diciembre aterrizó en Madrid. Sus establecimientos ya han vendido más de 9.000 pares y en ellos cuenta con un stock valorado en más de 400.000 euros por punto de venta.

La expansión, de momento, Camprubí la da por cerrada en territorio nacional. Ahora su mirada está puesta en Europa, en alguna de las grandes capitales de la moda, aunque sin concretar el destino. “En 2024 quisiera tener dos en dos ciudades diferentes, pero es una inversión muy grande y hay que ir con cuidado”, valora el emprendedor.

El 75% de sus ventas procede de las tiendas físicas y el resto de la venta por internet, aunque espera que el próximo año las cifras roten hacía un 60% en físicas y un 40% online. Pese a los vaivenes del mercado -hay expertos que predicen el fin de la burbuja sneaker y sus precios desorbitados- es ambicioso con las cifras y cree que los números le acompañan: en el año que ahora termina espera que la facturación ascienda a entre seis y siete millones.

Confiesa que las marcas más demandadas son Nike y Adidas, y que el precio medio ronda los 250 euros, “aunque se pueden encontrar sneakers desde 180 euros”. En general, incrementan su precio entre un 30% y un 40%. “Son caras, pero antes lo eran más. Se ha estabilizado el precio y nos ha favorecido. Este sector es como la Bolsa, el precio lo pone el mercado”, añade.

Un negocio en alza que ha irrumpido con fuerza en el sector de la moda alentado por la tendencia de darle más valor a las zapatillas que a la ropa y que tiene su origen en las redes sociales, en las que los más jóvenes buscan calzar el mismo modelo que su deportista o actor favoritos, lo que provoca un incremento de precio. Pero que podría tener un lado inestable, porque, como indica Campubrí, “sé lo que voy a tener en un año, pero no más. Se venden muy bien los pares antiguos porque tienen un valor, son como piezas de museo”.

Ahora también se plantea diversificar el negocio con el lanzamiento de una línea de camisetas y de sudaderas unisex con la enseña Newcop. “Queremos crear marca, no ser solo una tienda de zapatillas. Seguimos creciendo y tapando agujeros, pero todo es muy rápido”, concluye.


Fonte: ElPaís

 


8/5/24

La Ropateca: la biblioteca de ropa


Aunque cerró hace unos años, la idea es muy original, en lugar de libros presta ropa y bolsos a los socios, que pagan una cuota mensual de 15 euros que les da derecho a disfrutar de hasta tres prendas a la vez.

La tienda, pionera en España y que de momento cuenta con 400 prendas para prestar, la han abierto dos hermanas de nacionalidad alemana que llevan tres años viviendo en Barcelona, Querían montar algo que no supusiera mucha inversión y sabían por una amiga que en Hamburgo (Alemania) había una tienda de préstamo de ropa por internet que funcionaba muy bien.

Añade que "pensamos que podíamos hacer lo mismo pero en una tienda de verdad, en la que las mujeres pudieran probarse la ropa y tocarla, y alquilamos un local de 50 metros cuadrados en el Raval para empezar".

El negocio empezó con su propia ropa y con la de familiares y amigos, pero ahora tienen también prendas donadas por las socias, aunque reconoce que "nos gustaría poder colaborar con diseñadores que producen bajo condiciones justas y de una manera sostenible para servir de plataforma a sus creaciones y ampliar la oferta a las socias".

La mayoría de sus clientes son mujeres de entre 20 y 40 años interesadas en la moda y a las que les gusta probar cosas nuevas, y de momento tienen a disposición de los socios ropa de mujer informal, y alguna cosa de fiesta, de las tallas 36 a 44, así como algún complemento como bolsos.

Descartan hacer lo mismo con ropa para hombre ya que creen que esta fórmula funciona mejor con las chicas "porque tienen más opciones para vestirse que los chicos".

Para ser socio hay que cumplimentar un formulario con unos datos básicos y firmar unas condiciones de uso que implican tratar la ropa como si fuera propia y se tiene que cuidar, y que en el caso de que pase algo grave se tiene que pagar, aunque de momento esto no ha pasado nunca".

A las socias se les permite llevarse prendas las veces que quieran, pero nunca más de tres a la vez, y tienen que devolverlas en el plazo de un mes, y si se pasan de este tiempo tienen que pagar otros 15 euros de multa.

Además, toda la ropa que se puede lavar en casa se tiene que devolver limpia, pero si alguna persona no la quiere lavar, la misma tienda lo hace por otros 20 euros al mes. De la que se tiene que llevar a la tintorería, ellas mismas se ocupan. 

Fuente

Scooter Repair, la tienda y taller de patinetes eléctricos de A Coruña

 

El desconfinamiento trajo consigo una moda: los desplazamientos sobre dos ruedas. Y pensando en esa nueva tendencia, en la que se buscan formas de desplazamiento alternativas al coche, abrió en la ciudad Scooter Repair, una tienda especializada en la venta y reparación de patinetes eléctricos en el número 1 de la calle Fernández Latorre.

«Tenemos también la tienda de móviles que está al lado y vimos que esto era una oportunidad», explican. También venden componentes para patinetes eléctricos, longboards o monociclos, además de una pequeña colección de sudaderas y camisetas inspiradas en el mundo del patinete.





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Otras ideas de negocio en Coruña: Café Olimpia, Vazva x we, Rap&Sisters, Nonne, Farinarium, Las Pintor, Matilda & Co

Kamaleon Vintage

 


Una pierna rota, mucho tiempo para pensar y un Erasmus en Bulgaria fueron el caldo de cultivo que llevó a Felipe Ces (Ribeira, 1995) a sumergirse en el mundo y el negocio de la ropa retro. Su proyecto Kaméleon Vintage nació en Wallapop, maduró en Internet y ahora se ha hecho mayor convirtiéndose en tienda física. En el número 65 de la avenida Rosalía de Castro de Santiago de Compostela, desde hace poco más de un mes se ha abierto una puerta a un estilo de vestir y de vida que crece exponencialmente entre las generaciones millenial y zeta. Él ha decidido coger y surfear esa ola.

«Surgió en un viaje a Italia que hice hace unos cinco años. En los mercados de segundo mano vi que la ropa vintage era impresionante, no estaba acostumbrado a ver cosas de ese estilo y además estaba tirada de precio. Podía quitarle algo de rentabilidad y empecé a venderla a través de Wallapop»

El siguiente paso lo dio durante su Erasmus en Bulgaria, época en la que también preparó su trabajo final de grado. ¿El objetivo? Crear una tienda online.

Mientras vivía en los Balcanes se rompió una pierna, lo que le obligó a pasar cuatro meses apoyado en dos muletas. «Tuve tiempo para estudiar posicionamiento web, markéting online... A Google le caímos bien y nos colocó bien, pero aún así hay que pagarle mucho dinero a Facebook»

fuente: LaVoz



2/5/24

The No End, el Vinted gallego nacido en Miño

 A diferencia de Vinted (la famosa web de venta online de prendas de segunda mano) «es que en este caso tú solo te preocupas de preparar las prendas para la recogida. No tienes que hacer las fotos ni los envíos ni responder a los mensajes de las personas que preguntan por las prendas».


https://thenoend.com/

Historia de dos emprendedores

The Campamento, marca de ropa para niños «made in» A Coruña

 


Antía y Jorge son los creadores de esta aventura llena de color que acaba de estrenar «showroom» en la calle Falperra

En los burros se puede ver la última colección creada por estos dos coruñeses: El Barrio, un homenaje a la vida en comunidad, a ese momento de convivencia y de juegos en el parque, de quedar con los amigos, darle al balón, montar en bici y comer gusanitos sentados en un banco. 

Crearon The Campamento hace dos años. Antía es diseñadora de moda y fan de los cuentos infantiles. Jorge estudió ADE y le apasionan los cómics. Y los dos juntaron su imaginación y sus ganas de crear un proyecto propio para crear esta marca de espíritu libre. «Al final acaba siendo casi tu vida, es un nivel de implicación total». Para ellos, diseñar ropa para niños es como volver de nuevo a la infancia «El trabajo es muy divertido. Es un trabajo para disfrutarlo», cuentan. «En la ropa para niños no tienes que seguir tanto las tendencias como en mujer o caballero. Puedes jugar más con los estampados, con los colores…». Su filosofía es hacer ropa con la que los más pequeños se sientan cómodos, con la que puedan jugar libremente, en la que haya sitio para el color, y que al mismo tiempo les guste tanto a ellos como a sus padres. Con su ropa no solo quieren vestir, también quieren transmitir un mensaje, un estilo de vida. Y eso se nota desde el diseño hasta en el cuidado con el que preparan las campañas. 



En su showroom atienden con cita previa. Su mercado es fundamentalmente internacional: venden online y también en tiendas multimarca por todo el mundo. Están en 19 países y sus puntos fuertes de venta son Corea del Sur, Holanda y Bélgica. Fabrican en Portugal y todo el algodón con el que trabajan es 100% orgánico. «The Campamento es una marca de moda infantil de 1 a 12 años cómoda, divertida y sostenible». El nombre juega con el castellano y el inglés para recalcar el origen de la marca, coruñés, y su vocación: «De A Coruña para el mundo. Nos hace mucha ilusión esa parte local del proyecto».



2 emprendedoras de Coruña: Adororoda e Cervexa AleAlé

 


11/12/22

29/11/22

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